jueves, 20 de septiembre de 2012

Diario de una situación absurda 20-IX-12

 Padres, calladitos, docentes agónicos

Wert recomienda a los padres que no monten escándalos y se bajen los libros de Internet http://t.co/KPXiv4hd vía @elboletinmadrid

elboletin.com

Aparte de lo absurdo de las declaraciones, pongo esta noticia porque me tiene muy preocupado.

Me gustaría saber hasta dónde pueden llegar y qué tenemos que hacer para que la situación no siga esta espiral descendente que mañana mismo nos va a llevar a dejar de educar. Me explico.

En realidad ya me expliqué el otro día, en Infantil somos cinco profesoras para seis tutorías y la red que pretendíamos tejer para que los niños no acusaran los recortes se ha roto de pura sobrecarga.
Hasta ahora, la profesora de compensatoria, había dejado de atender a niños con deficiencias y necesidades amparadas por la ley y se había hecho cargo de la tutoría de los más pequeños, pero, al tener también cargo directivo, se le exige desde la administración una serie de papeleos que saliendo a las siete de la tarde todos los días ya no alcanza a rellenar.

La situación ya no se sostiene con parches.

Ayer, como otra compañera, también en cargo directivo, tenía obligación de ir a la reunión de directores, su paralela se vio obligada a repartir, a la una ambas clases con el correspondiente caos que esto provoca. 

Hoy se nos ha confirmado que no se manda sustitución, no hasta el décimo día, sino hasta el décimo día de la segunda persona de baja, así que no nos mandarán a nadie, como pronto, hasta dentro de más de una semana por una baja cursada en Julio.
Y esto tampoco es cierto, porque hay centros con siete bajas de mucho más de diez días que no han recibido ni un solo sustituto.

La solución desde inspección es que asuma el centro las bajas, si no se puede dar música, inglés, PT o nada de nada, pues que no se de, que no importa que se queden sin dar una asignatura.

De hecho, la contestación desde inspección va más allá "si no, todos al patio y guarda y custodia".

Se acabó el educar. No pensé que la vida pudiera dar una vuelta tan brusca en tan sólo un año. No pensé que una atrocidad así como dejar de educar fuera posible, permitido y puesto por ley.

No creo que esta entrada llegue a ninguna parte, no sé quién me lee y por qué tengo la suerte de que alguien se descargue mis entradas, pero digo lo que hay porque me parece tan subrealista que debo ponerlo por escrito para no perder el norte.

Mañana vamos a reunir a los padres y, pese a prohibirnos informar de los recortes, les contaremos porque trabajamos con lo más importante de este mundo, a riesgo de expediente, que a partir del lunes la clase de cuatro años queda desmembrada entre otras cuatro, que recogerán a sus hijos según listado que publiquemos a la una para saber en qué grupo están, que queda suprimida la asamblea porque necesitamos el hueco para el equipo extra y también todas las actividades académicas, ya que no se puede hacer mucho con un internivel de 29 alumnos.


¿A NADIE MÁS LE PARECE UNA ATROCIDAD?, nos sentimos atados de manos y pies planteándonos cómo garantizar la seguridad de nuestros alumnos ya que ni sacándolos al patio nos parece seguro tener a dos cuatro clases con dos docentes, ya que los de tres años están haciendo el patio separados este mes precisamente para protegerlos en su período de adaptación.

Mañana les diré a unos padres que no tienen culpa de nada, que vamos a deshacer la clase de sus hijos o pasar por su clase un profe que de nada los conoce cada hora. Y espero que no la paguen con el mensajero y vayan a incendiar Consellería, porque yo, aunque me queje como me queje, soy asalariada suya y tengo prohibido hasta informar de las atrocidades que se están cometiendo con niños que no tienen culpa de la crisis y padres que ya la sufren bastante.

Si a alguien se le ocurre cómo salvar la escuela pública, que nos ayude. 

Aquí queda mi grito desesperado de socorro mientras nuestro ministro dice que no protestemos y nos pasemos a la piratería.

Lo dicho, que al menos se sepa lo que estamos viviendo y lo que viven los peques.

A vosotros sí os escucharán.

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