domingo, 3 de junio de 2012

La guadaña de la muerte

Llevo toda la semana sin escribir, tengo trabajo. 
Sí, de ese que se creen que no tenemos los maestros y que nos ocupa más allá de las cinco y de las dos de la mañana muchas veces, principalmente a final de curso, y que nos ocupa los fines de semana.

Os cuento cómo está la cosa por aquí. Han decidido que hacen lo que les da la gana, que reducen ratio, que nos bajan el sueldo y nos aumentan las horas, que ignoran las advertencias de futuro que les estamos haciendo porque, total, sus hijos ya van a coles privados aunque serán los de mi cole los que les revienten el chalet porque no han recibido la atención ni la educación adecuada, pero eso no les importa.

Tampoco les importa que los niños esté apiñados, que dice nuestro incompetente ministro de Educación que eso socializa, ni que se pierda calidad educativa y así de cada dos clases hacen una, bien juntitos, un profesor menos, que como no pueden tirar, pasa a ser suprimido y a elegir cada año entre las plazas de los que están de baja en toda la Comunidad, creando un mal ambiente que a los que perjudica siempre es a los peques porque no nos dicen bajo qué criterios nos van a suprimir y hacer cábalas con tu cabeza o la del vecino nunca es buena para el negocio, aunque eso a ellos no les importa.

De momento nos acogemos a que las clases estaban pensadas para veinte alumnos y según ley, debe haber dos metros cuadrados por niño en Infantil y uno y pico en Primaria, curioso,  un 200% menos que las gallinas ponedoras que La Unión Europea nos obliga a tener cada cuatro metros para que no tengan estrés. Del estrés de los niños, profesores y padres, no dice nada, no les debe importar.

Y a falta de que la administración decida que donde dijo dos metros, digo uno (así de fácil es cambiar las leyes al de arriba), nos quedamos como estamos, aunque en el cole de al lado teman que van todos fuera si su matrícula viene a nuestro colegio.

Seguiremos informando de cómo la guadaña oscila por encima de la escuela pública mientras la concertada se frota las manos por poder ganar más dinero metiendo más niños por aula. A ellos tampoco les debe importar los niños, lástima para todos.

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