Reflexión del primer día de jornada completa
Esta mañana me he enfadado con una nena de la clase de tres años porque me ha puesto en marcha la pizarra digital sin permiso.
No he sido demasiado dura con ella porque me he dado cuenta de que en ningún momento se lo había prohibido.
Soy demasiado vieja para entender que su generación va muuuuucho más rápida que yo y ha llegado en dos días donde yo necesité dos cursillos de sesenta horas.
En clase, los que siempre deberían aprender de los errores, somos los adultos.
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