Los niños no son unos seres inertes, aprenden en movimiento.
Cuando me preguntan, "¿Se ha portado bien?", le digo que depende. Portarse bien no es estar sentado, quieto y en silencio, no es obedecer todas las órdenes sin rechistar. Eso es ser sumiso.
Portarse bien en infantil es salir más sabio de lo que entró, aprovechar la clase para formarse, aprender cosas nuevas y mecanismos para descubrir por sí solos.
Estar quieto no implica aprendizaje, implica obediencia y quien no hace suyas las normas de esta sociedad, no las respetará por imposición.
Vivimos en una sociedad y necesita unas normas mínimas para funcionar, pero mínimas y se han de conocer desde bien pequeños.
Yo sólo pongo una, por mis creencias, amar al prójimo, como a ti mismo, regla difícil dónde las haya.
Quizá añadiría otra, de San Agustín tan liberadora como escueta: "Ama y haz lo que quieras".
Todo lo demás, cultura, pero si atamos a los niños a quietud, silencio y sumisión...¿Qué adultos formamos?. Simples mediocres, que no serían defender sus ideas ni respetar las de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario